Ocurre tanto en sociedades libres como en dictaduras. Pero en el este de Alemania (RDA), el abuso sexual a menores fue ocultado por razones ideológicas. Según un informe, las víctimas siguen sufriendo por lo ocurrido.
Ronald tenía doce años y le encantaban los ferrocarriles. La oferta recreativa de la organización pionera Ernst Thälmann le venía como anillo al dedo: Allí se le permitió participar en un proyecto como inspector de boletos. Le gustaba mucho, poder estar allí, se recuenta en el estudio sobre el abuso sexual a menores en la RDA, presentado este miércoles (5.3.2019) en Berlín. Ronald vivió pronto un infierno. Durante tres años, el niño fue brutalmente violado por un colaborador del proyecto.
Lo que el menor sufrió en el este de la entonces Alemania dividida, podría haberle sucedido también en el oeste, porque las circunstancias que permiten el abuso no son una cuestión del sistema político: se produce un abuso de la confianza. Los criminales pueden ser sus propios padres, maestros en las escuelas, supervisores en clubes deportivos o Iglesias. Sin embargo, hubo una enorme diferencia entre la parte oriental y la occidental: en la RDA, el abuso sexual infantil fue un tabú, porque dañaba la imagen de la persona socialista supuestamente superior.
Las estadísticas de delincuencia han sido manipuladas
Por razones ideológicas, el crimen era apenas registrado estadísticamente o publicado. Así, el régimen trató de dar la impresión de que el socialismo creaba una "sociedad libre de delitos", dice Cornelia Wustmann. La profesora y pedagoga social participó en el estudio y desde enero dirige la red de investigación "Torgau - Educación en el hogar y en hogares especiales de la RDA". Según el estudio, el encubrimiento de actos criminales originó que la violencia sexualizada "al igual que el maltrato infantil y el infanticidio, prácticamente no existía".
Las reacciones de las víctimas fueron entonces como en cualquier otra sociedad: sentimientos de vergüenza y culpa. Ninguna posibilidad de hablar sobre sexualidad. Falta de confianza para revelarse ante los adultos. Ronald lo expresó de la siguiente manera: "Realmente no tenía a nadie con quien hablar. Mi padre podría haber sido alguien con quien hablar, pero estaba muy poco en casa".
Tras estos muros, se intentó en la RDA reeducar a los menores ideológicamente.
"Violencia organizada" en el hogar infantil de Torgau
El informe recién publicado se basa en 29 declaraciones escritas de víctimas cuyos nombres han sido cambiados. Casi dos tercios de los afectados son mujeres. Los informes actuales no son representativos estadísticamente hablando, enfatiza el equipo de autores del informe. Particularmente útil fue una visita al centro correccional de menores"Geschlossener Jugendwerkhof Torgau”. Corinna Thalheim pasó varios meses en 1985 en ese centro. Su "crimen" fue, como ella misma dice: "pasar unos días sin acudir a la escuela". Ese "hogar” lo experimentó como "violencia organizada" con un solo propósito: "quebrar la voluntad de los niños".
Hoy, Corinna Thalheim está involucrada, entre otras cosas, en la iniciativa "Bent Souls", el único grupo de autoayuda de víctimas de abuso sexual en hogares de la RDA. Ella exige más apoyo financiero y médico por parte del Estado. Muchas personas afectadas vivían casi "al límite de la pobreza". El hecho de que la mayoría de las víctimas no reciba fondos de la Ley de Compensación de Víctimas se debe a la falta de regulaciones legales.
"El silencio continúa hoy"
Esta es una de las razones por las que la Comisión Independiente para la Evaluación del Abuso Sexual a Menores apoya las demandas de las víctimas. Entre otras cosas, se necesitan más terapia y opciones de asesoramiento, dijo la exministra Federal de Asuntos Familiares, Christine Bergmann. La socialdemócrata es miembro de dicha comisión. "El silencio funcionó durante mucho tiempo y continúa hasta hoy”, subraya. El estudio actual también debería alentar a otros afectados a "romper el tabú del silencio".
Los afectados exigen además que se elimine el plazo de prescripción para el abuso sexual a fin de mantener abiertos los procedimientos penales. Hasta ahora solo dos víctimas han denunciado a los presuntos autores. En ambos casos, ninguno fue condenado.
(rmr/jov)
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