Si encerráramos en el Azteca a 85 mil niños y niñas, y luego desde un par de helicópteros les disparáramos con armas de alto poder, sin duda tendríamos miles de muertos y otros tantos de heridos.
Desde luego que muchos pensarán que una escena así es imposible y sólo podría ocurrírsele a una mente enferma y perversa.
Sólo que es ni más ni menos lo que nosotros, todos, sociedad y gobierno, hacemos cada año sin que a nadie parezca importarle.
Cada 12 meses trituramos y matamos el futuro de miles de niños y jóvenes; también herimos y lastimamos a quienes quedarán mutilados para siempre.
85 mil es la cifra vergonzante de niños y niñas que cada año son utilizados para la pornografía infantil en este país, con difusión internacional a través de Internet.
Hay otros datos escalofriantes:
—México ocupa el primer lugar en difusión de pornografía infantil en la red.
—México ocupa el primer lugar en violencia física contra los niños.
—25 mil menores de 12 años son abusados anualmente.
—De acuerdo con Interpol, en México existen 300 mil sitios web dedicados a la pornografía infantil.
—De los 41 millones de internautas que hay en México, 14 millones tienen entre seis y 17 años.
—A un depredador le toma minutos manipular a un niño para que se quite la ropa frente a una cámara web.
—Cada hora que pasa, dos niños son abusados sexualmente.
—Los domingos —día de familia y amigos—, entre tres y seis de la tarde, son los más propensos para que los pedófilos contacten a los niños.
—Tan sólo durante lo que va 2013 se han detectado 12 mil 300 cuentas personales en Internet donde se difunde pornografía infantil en México.
—Entre 196 países, 46 cuentan ya con una legislación para combatir el abuso sexual infantil.
—En México la pornografía infantil a través de Internet no es considerada todavía como delito.
Peor, si se puede, es que el abuso sexual infantil es uno de los crímenes menos denunciados y castigados aquí.
Lo primero, porque las víctimas son menores de edad que a veces no tienen conciencia, y cuando la hay no saben a quién acudir ni ante quién denunciar; o más grave todavía, viven bajo amenaza de ser exhibidos ante sus padres o en la redes de cara a medio mundo.
Así que es no sólo vergonzoso, sino doloroso, que México se ubique ya en el primer lugar mundial de este comercio infame.
Aunque, por supuesto, el problema es global y de tal dimensión estadística y moral que en Inglaterra los gigantes Google y Microsoft han unido esfuerzos para dificultar la búsqueda de imágenes de abuso infantil sexual en internet, a petición del gobierno británico.
Aseguran que, en principio, los nuevos filtros afectarán a casi 100 mil búsquedas, bloqueando el acceso a estos sitios y advirtiendo desde el tecleo de términos “obvios” que esas imágenes son ilegales.
Aunque algunos expertos opinan que no servirá de mucho, porque los verdaderos pedófilos cibernáuticos se manejan con absoluta destreza en las zonas oscuras y ocultas de la red.
Otros especialistas señalan, sin embargo, que esta iniciativa va en la dirección correcta y que la mejor noticia es que ambas empresas rivales están planteando la posibilidad de realizar una Cumbre Mundial de Internet contra la trata y abuso infantil en la red.
No obstante, unos y otros están de acuerdo en que los gobiernos deberían hacer mucho más.
En México estos esfuerzos se dividen entre la Coordinación para la Prevención de Delitos Electrónicos de la Policía Federal y la Policía Cibernética de la Procuraduría General de la República.
El año pasado se registraron 11 mil de estos casos y se detuvo a sólo 16 personas.
Lo que nadie ha explicado es por qué tan magros resultados, que nos han llevado al primer lugar, no únicamente en pornografía infantil en internet, sino en la explotación física directa de niños y niñas sobre todo en centros turísticos como Puerto Vallarta y Cancún.
Pero lo dicho: a los gobiernos municipales, estatales y al federal poco parece importarles este genocidio.
Por cierto, ayer fue el Día Mundial para la Prevención del Maltrato y Abuso Sexual Infantil.
Hoy es el Día Mundial por los Derechos de los Niños.
@RicardoRocha_MX
Periodista